Explorar, comprender y tratar los síntomas de la hiperventilación

¿Has oído hablar alguna vez de la hiperventilación? Es muy probable. Un ataque agudo de hiperventilación puede ser muy aterrador.

Respiración
12
Abril
2024
Iris de Kock
Logopeda, entrenador respiratorio y vocal

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¿Has oído hablar alguna vez de la hiperventilación? Es muy probable. Un ataque agudo de hiperventilación puede ser muy aterrador. Se caracteriza por una respiración rápida, superficial y audible; la respiración nasal no suele aparecer por ninguna parte. Quienes lo experimentan pueden tener síntomas como mareos, falta de aliento, palpitaciones, sudoración, opresión en el pecho, hormigueo en las manos o incluso sensación de desmayo. Desde luego, ¡no es un picnic! Pero, ¿te has preguntado alguna vez cómo ocurre? ¡Explorémoslo en este blog!

Hiper (sobre) ventilación (respiración)

Hiperventilación significa literalmente "respiración excesiva". Durante un ataque de hiperventilación, el cuerpo expulsa demasiado dióxido de carbono (CO2) mediante una respiración demasiado rápida, lo que altera la acidez de la sangre. Normalmente, la sangre tiene un valor de pH entre 7,35 y 7,45. Menos CO2 significa una sangre menos ácida. Se podría comparar a la sangre que tiene "fiebre" durante la hiperventilación, lo que explica los síntomas experimentados durante un ataque. Además, la disminución de los niveles de CO2 hace que los vasos sanguíneos se contraigan, disminuyendo el suministro de oxígeno a los tejidos y órganos, lo que provoca una sensación de falta de aire.

Cómo detener la hiperventilación

Un ataque de hiperventilación puede aliviarse respirando menos, a pesar de la sensación de falta de aire. Puede parecer paradójico, pero prueba el siguiente ejercicio: inhala, exhala y aguanta la respiración durante dos cuentas. Repítelo varias veces hasta que te sientas cómodo. Prolonga gradualmente la contención de la respiración hasta un máximo de diez cuentas. A continuación, disminuye gradualmente hasta llegar a las dos cuentas. Practica esta técnica de antemano y empléala durante un ataque. Sin embargo, ¡este ejercicio no sólo es eficaz para la hiperventilación! Por ejemplo, durante un baño de hielo, este ejercicio también puede ayudar a calmar el cuerpo. La respiración lenta induce un estado de relajación al activar el sistema nervioso parasimpático (estado de reposo y digestión).

¡Mueve el culo!

¿Experimentas hiperventilación pero no te entusiasma el ejercicio anterior? ¡Muévete! Da un paseo a paso ligero, salta, sube y baja escaleras corriendo, haz sentadillas o tensa los músculos apretando firmemente las manos. La actividad física hace que tu cuerpo produzca más CO2, lo que ayuda a reequilibrar los niveles de oxígeno y dióxido de carbono. ¿Sigues sin encontrar alivio? A veces, buscar distracciones también puede ser útil: bebe un sorbo de agua, sal al exterior, lee en voz alta o participa en un rompecabezas Sudoku. ¡Lo más importante es descubrir qué funciona mejor para ti!

Hiperventilación crónica

Mucha gente está familiarizada con el concepto de hiperventilación aguda, que suele producirse por ansiedad o estrés. Sin embargo, también existe una afección conocida como hiperventilación crónica. Este problema suele quedar sin resolver simplemente porque no siempre se diagnostica. A menudo se reconocen los síntomas, pero no se atribuyen a los patrones respiratorios. Con la hiperventilación crónica, las personas respiran constantemente demasiado deprisa, demasiado profundamente y demasiado. Como resultado, se produce un desequilibrio entre el oxígeno y el dióxido de carbono. La aparición de los síntomas varía en función de cómo reaccione el organismo a la disminución del dióxido de carbono. Quienes experimentan hiperventilación crónica tienen un mayor riesgo de sufrir ataques agudos de hiperventilación.

Descubre tu frecuencia respiratoria

¿Con qué frecuencia respiras en un minuto? Normalmente, la frecuencia media de una respiración normal oscila entre 12 y 15 respiraciones por minuto. Sin embargo, esto es sólo una orientación, por lo que no debes preocuparte si tu frecuencia es ligeramente superior o inferior. ¡Vamos a medirla juntos! Siéntate erguido y sigue tu respiración normal. Programa un temporizador durante un minuto. Durante este tiempo, cuenta tus respiraciones. Ten en cuenta que una inhalación más una exhalación cuentan como una respiración. Para mantener la coherencia, puedes repetir esta medición durante una semana en distintos momentos del día: por la mañana, por la tarde y por la noche. Después, calcula la media de la semana. Eso te dará tu frecuencia respiratoria.

¿Te interesa saber más? Permanece atento a mis próximos blogs, en los que profundizaré en el fascinante mundo de la respiración.

Disfruta del frío,

Iris de Kock

Logopeda, entrenador respiratorio y vocal

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